El día en el que Reville tomó el trono, nos dijo a todos los soldados del rey que teníamos dos opciones: quedarnos aquí o irnos.

El silencio se apoderó del salón y algunos guerreros que ya habían tomado su decisión empezaron a abandonar el palacio.

Justo cuando estaba a punto de irme, Reville dio la orden de asesinar a todos los soldados desertores.

Tuve que ver a mis amigos morir gritando de dolor.

Ver ese nivel de crueldad me ayudó a decidir.
Decidí someter mi espada a la voluntad de Arkeum...
... Hasta que llegara el día en que pudiera usarla para atravesar sus corazones y terminar con sus vidas.

Pelearé en las sombras.
Acompañado de mis valientes amigos y sus espíritus.