Un día soleado, un nuevo gerente del almacén llegó a las ruinas del Observatorio de Luz Estelar.
Ruki saludó fervientemente a un cliente.
"¡Un gusto! Me llamo Ruki. ¡Es un placer trabajar con usted!".
Este le pidió que se encargara de sus ballestas.
Ruki las tomó y entró al área de almacenamiento.
Los pesados pasos de Ruki retumbaban a su avance. Incluso se le formaron gotas de sudor en la frente.
"Ay, señor... ¿Cómo voy a meter esto aquí?".
Ruki se agobió con la simple idea de organizar el espacio de almacenamiento del cliente.
No tenía idea de por dónde comenzar.
Organizar las pertenencias de un cliente en el almacén es parte de su trabajo, pero para un novato como Ruki esto resultaba una tarea de gran complejidad.
Es por eso que Ruki se la pasaba cometiendo errores.
"Un día, llegó un caballero malhumorado".
"Toma".
El caballero malhumorado soltó cinco mandobles enormes en el suelo.
Ruki los levantó y con gran esfuerzo los llevó al almacenamiento.
"¡Tenemos un grave problema!".
El espacio de almacenamiento del caballero ya estaba hasta arriba de armaduras y espadas.
Ruki intentó mover y plegar las armaduras lo más ordenadamente posible, pero no había espacio para las espadas.
"¿Cuánto más vas a tardar? ¡Tengo que irme a cazar!".
El caballero malhumorado se rehusó a dejarle las espadas a Ruki y se fue.
Ruki quedó devastado.
Hacía lo que podía para ser un buen gerente de almacenamiento, pero organizar las cosas de la gente era difícil.
Entonces le contó cómo se sentía a su amigo Pinko.
Tras escucharlo, Pinko le dijo que debía hablar con alguien llamado Marik.
Marik era un duende conocido por sus increíbles habilidades de organización. Incluso le decían el "hada de la organización".
"¿Quieres aprender a organizar bien, Ruki?".
Ruki asintió.
"Entonces, ¡sígueme!".
Marik le dijo todo lo que sabía sobre técnicas de organización.
Ruki anotó cada uno de los consejos que Marik le enseñó.
"La organización comienza con la limpieza", dijo Marik.
"Limpia el espacio de almacenamiento que quieras organizar. Luego, pon cada cosa en su lugar una por una".
Ruki comenzó a limpiar el almacén como se lo enseñó Marik.
Sacó espadas, armaduras y elíxires.
El almacén que estaba repleto de cosas hasta el techo quedó cada vez más vacío.
"¡Hurra! ¡Está vacío!".
Ruki sonrió levantando los brazos en el aire.
Ahora solo quedaba volver a apilar las cosas en el almacenamiento.
Pero cuando fue a buscarlas, ya no había nada.
Todas las cosas que Ruki sacó habían desaparecido.
Estaba atónito y sin palabras.
Marik y Pinko se habían llevado todo.
Huyeron mientras Ruki limpiaba el almacenamiento.
"¡Qué rabia tengo!".
Ruki maldijo a Marik y a Pinko.
Corrió hacia los Campos Ursiestelares donde se habían esfumado.
Si alguna vez atraviesas los Campos Ursiestelares, presta atención.
Podrías encontrarte con el furioso Ruki, que sigue buscando a Marik y Pinko.
Los duendes furiosos pueden ser muy agresivos, así que ten cuidado.