Las heridas causadas por monstruos florificados tienen altas probabilidades de convertirse también en árboles. La mayoría de ellos murieron durante el doloroso proceso de mutación, y los que sobrevivieron, se convirtieron en monstruos sin alma.

La florificación es una maldición de magia botánica, basada en un hechizo chamánico que usaban los druidas del bosque.

Fue pensado originalmente como un hechizo de sanación. Lo que hicieron fue intentar plantar microesporas en un cuerpo humano y permitirles que luchara contra los virus causantes de enfermedades. Pero las esporas se salieron de control de manera inesperada, lo que causó la florificación de los pacientes.

Eventualmente, los druidas prohibieron el uso de esta magia, y poco después fue olvidada. Fue Sylon, un asesino empleado por la familia Crimson, quien revivió la florificación en Solisium.

Sylon era un chamán druida, pero cuando su tribu fue masacrada durante la guerra, recurrió a la familia Crimson para vengar a sus parientes caídos. La familia Crimson secuestraba a innumerables personas y realizaba diversos experimentos con ellas para crear el hechizo mágico más letal.

Luego de diez años de investigación, Sylon finalmente creó un hechizo muy contagioso y letal usando la maldición de florificación olvidada mezclada con magia negra. Pero justo antes de la prueba final, sucedió un accidente. Los sujetos de prueba enjaulados en el sótano de la Mansión de Crimson escaparon y asesinaron a todos en la mansión, incluyendo a Sylon.

Los monstruos florificados empezaron entonces a atacar personas en las aldeas vecinas. El tiempo pasó y la mayoría de los sujetos de prueba y las víctimas infectadas murieron, pero aún faltaba más. Sembraron semillas y algunos de sus cuerpos echaron raíces en la tierra.