La primera vez que crucé palabra con Pandor, en las oficinas de la Orden de Einar, el hombre, quemado y ciego, estaba en shock. Él fue el testigo de Manticus al que se supone que debía interrogar.
Luego de unos días, finalmente recobró la cordura y nos dijo qué fue lo que le pasó.

Hace diez años, era un sacerdote de alto rango en la Orden Sylaveana. Su misión era hallar a Junobote, el Gran Anciano que abandonó la orden, y convencerlo de regresar a la misma. Y lo buscó, pero Junobote declaró con firmeza que Sylaveth no existía en ningún lado en Diabólica. Cuando Pandor lo acusó de blasfemia, Junobote le mostró el libro prohibido que obtuvo de un demonio.
El libro era algo irresistible para un simple humano. Tan pronto Pandor posó sus ojos en la primera página del libro, su fe desapareció. Lo único que deseaba era conocer Diabólica, quería hablar con los demonios. Fue por eso que empezó a estudiar las diferentes dimensiones. Se alejó de la orden y se ocultó en el Pico Flamanieve para continuar con su investigación.

Un día, mientras buscaba ingredientes para su investigación, Pandor fue atacado por una bestia hambrienta. Cuando la bestia estaba a punto de quebrarle el cuello, un cazador intervino y le salvó la vida.
El cazador se presentó como un integrante de la familia Crimson. Cuando el cazador se enteró de la investigación de Pandor, le dijo que su maestro también estaba interesado en Diabólica y que podía ayudarlo con su investigación.
Lo que el cazador decía era verdad. La familia Crimson le proveyó a Pandor todo lo que necesitaba hasta que finalmente logró abrir una puerta hacia Diabólica. Ese fatídico día, se convocó a soldados armados de la familia Crimson por si acaso aparecían monstruos del otro lado.
Pandor instaló todos los dispositivos mágicos. Cuando las estrellas oscuras se alinearon, él comenzó el conjuro. Una delgada línea roja apareció de la nada y empezó a abrirse. Innumerables relámpagos destellaron a través de la grieta. Uno de los soldados veteranos sintió algo y levantó su espada. Otros soldados se prepararon con redes de hierro para atrapar lo que pudiera salir de la abertura.

Lo que Pandor quería era conseguir un demonio lo suficientemente inteligente como para poder conversar con él y que este compartiera su importante conocimiento acerca de Diabólica.
Entonces la grieta comenzó a cerrarse. Justo cuando estaba a punto de cerrarse por completo, una enorme sombra la atravesó de golpe. Cayó un rayo y de ahí apareció un demonio gigantesco con la cara de un león.
Los soldados que estaban alrededor de la puerta, lanzaron su red de hierro rápidamente, pero la bestia fue más rápida, y mató a todos los soldados. Fue entonces que un comandante de los Crimson atrajo a la bestia hasta otra red. Lograron atraparla con algunas bajas.
Cuando todo parecía haberse calmado, cayó otro rayo, el cual reveló otra sombra oculta. Fue entonces que se dieron cuenta de que habían dos. Luego cayó otro rayo. Todo se quemó y Pandor perdió sus ojos.
No recordaba más que un dolor insoportable, los gritos y el olor a carne quemada. Luego se supo que los demonios que Pandor invocó eran Akman y Deckman, los hermanos Manticus.