Para Adelico, el rey pirata
Saludos, Adelico:
Me llamo Hemer y me gustaría felicitarlo.
Conozco sus hazañas heroicas en los océanos gracias a mi abuela.
Usted es realmente increíble. ¿Cómo hizo para ganar tantas batallas?
Le rogué a mi abuela que me contara más historias porque son muy interesantes e insistí varias veces.
La razón por la que le escribo esta carta es porque tengo mucha curiosidad sobre una cosa.
Seguro está pensando que quiero preguntarle por las legendarias monedas de oro que desaparecieron con usted. Pero no.
A diferencia del resto, no me interesa saber en dónde está su oro, señor Adelico.
No sé por qué, cuando se trata de usted, todo el mundo solo habla de las monedas de oro.
Después de todo, son suyas.
La abuela me enseñó que no debo envidiar lo que otros tienen.
Así que no quiero preguntarle por las monedas de oro.
Mi abuela murió el año pasado.
Estuve muy triste... Lloré al lado de mi hermano durante más de una semana.
Todavía me pongo triste cuando pienso en ella. Extraño a mi abuela.
Ahora no tengo a nadie que nos cuente a mi hermano y a mí historias sobre usted, señor Adelico.
Estoy organizando las historias de la abuela porque no quiero olvidarlas.
Estoy juntando todo lo que recuerdo y lo que mi hermano Yokiru recuerda,
pero hay algo que me da mucha curiosidad.
Escuché que mató a cinco personas con cada movimiento de su espada en la Batalla de la Costa del Amanecer.
Pero también escuché que en esa batalla murieron treinta y nueve personas.
Entonces, en un momento mató a cuatro personas.
¿Cuándo fue que las mató?
¿Mató a los últimos cuatro supervivientes a la vez?
Mi hermano Yokiru dice que mató a esos cuatro al principio solo para calentar.
Dice que eso dijo la abuela,
pero yo nunca la escuché decir eso.
Mi hermano nunca admitirá que tengo razón.
Es por eso que le escribo esta carta.
No puedo ver a mi abuela porque está en el cielo, así que quería pedirle al gran rey pirata Adelico, que navegó por el mar, si podría responderme esa pregunta. Esperaré con ansias su respuesta.
Muchas gracias.
Con respeto, Hemer, el mayor admirador del rey pirata