Cuando estaba durmiendo la siesta escondido entre los matorrales, oí la voz del sumo sacerdote. Estaba tan cerca que me despertó de un sobresalto. El sumo sacerdote era muy estricto, incluso con los jóvenes como yo. Ya me había sorprendido durmiendo la siesta antes y me asustaba lo que pudiera pasarme esta vez. Comencé a alejarme a gatas del lugar, pensando que podría escapar ya que él tenía mala vista. Pero había un humano con armadura negra a su lado. Los humanos tenían buena vista. Me escondí en los arbustos de nuevo.

El hombre de la armadura negra era de la Legión de Arkeum y dijo que un rey humano enterró un valioso tesoro en nuestra isla hace mucho tiempo. También dijo que como el actual rey humano es de Arkeum, debíamos entregarles el tesoro, si es que acaso lo encontrábamos. ¡Nos matarían a todos si no lo hacíamos!

Cuando el humano terminó de hablar, el sumo sacerdote le escupió. ¡Y dijo que los freiría y se los comería si no abandonaban nuestra aldea ahora mismo! El sumo sacerdote blandió su báculo ¡y cayó un verdadero rayo! Casi grité.

El rayo no cayó sobre el humano por poco. Este apuntó con su espada al sumo sacerdote, pero él ni siquiera se inmutó. Solo lo miró con maldad. Extrañamente, el humano se fue sin decir una palabra. Entonces, el sumo sacerdote se dirigió a la aldea con una expresión de molestia. Esperé a que todo estuviera tranquilo y salí a gatas de detrás de los arbustos.

Quizás el gran cofre que había visto a las afueras de la aldea resguardara dicha reliquia. Quizás debiera hablar con el sumo sacerdote. Pero no le gustaría enterarse de que estuve durmiendo una siesta fuera de la aldea. Finalmente, decidí esperar hasta la reunión de la tribu. Pero el sumo sacerdote no celebró la reunión durante días. Si realmente hubiera una reliquia valiosa en esta isla, seguramente el sumo sacerdote nos lo habría dicho, ¿verdad? O... quizás ya esté recolectando la reliquia para su propio beneficio. ¡Kraak, eso es mezquino!

Decidí quedarme cerca del sacerdote. Me daría más tareas, pero, por otro lado, sabría si actúa de forma extraña. Si realmente está recolectando las reliquias para sí mismo, lo atraparé y haré un trato con él: ¡me dejará dormir la siesta sin problemas todos los días!