ID: 3219267836
¡De mendigo a millonario con flogopita marrón!
icon Tarea del códice
Type: Colección
Categoría: Cerca de Aldea Vienta

¡De mendigo a millonario con flogopita marrón! 1

Nací en una aldea rural pobre. En esta aldea, las familias apenas ganaban algo para vivir, ya que no había tierra para labrar ni viajeros de paso con los cuales comerciar. Me fui de la aldea para mejorar mi situación, pero como era tímido y delgado, no conseguí un buen trabajo. Con el tiempo y por las circunstancias comencé a fingir que era un trotamundos. Y aunque dijera que estaba en una aventura, solo era un mandadero, haciendo recados a cambio de unas monedas. Hasta que un día llegue hasta Fuertepétreo... Allí mi vida cambió por completo.

Todos saben que Fuertepétreo es hogar de la flogopita marrón, una piedra que cubre todo el subsuelo de Fuertepétreo. Sin embargo, no es un mineral que cualquiera pueda minar. El primer Señor de Fuertepétreo le cedió el derecho a recolectar flogopita marrón a las Asociación de canteros para que construyeran un castillo en esa tierra desolada.

Recolectar flogopita marrón no es tarea fácil. Le sirve de comida a los basiliscos y las mandrágoras que deambulan por ahí, así que las asociaciones tenían que reclutar trotamundos para recogerla en su lugar.

¡De mendigo a millonario con flogopita marrón! 2

No sabía mucho de nada en aquel entonces, pero sí sabía que la flogopita marrón era un mineral caro. También sabía que, si había un evento para recolectar flogopita marrón, muchos de los que arriesgaban el pellejo por obtener riquezas terminarían obteniendo la muerte. Por eso fui a toda prisa al Pueblo de Canteros Abandonado en el que el evento tendría lugar. Si ganara el premio sería genial, pero si no, tampoco importaba, porque mi idea era robar al menos un trozo de flogopita marrón mientras trotamundos de todo el mundo luchaban contra basiliscos o mandrágoras. Era una oportunidad única en la vida para un trotamundos tan torpe y con tan poco talento como yo.

El evento había sido organizado por las casas de canteros más privilegiadas de Fuertepétreo. La casa de canteros de cuñas, de martillos, de hachas, ¿y cuál era la última? ¡Ah, sí, de madera! ¡La casa de canteros de madera!

Para participar en el evento había que registrar tu nombre en la lista de una de esas casas. Así que me registré en la casa más cercana, la de los canteros de cuñas, y comencé a recolectar la flogopita marrón con cuidado. Luego de un rato, el líder de la asociación dijo que la persona que recolectara más flogopita marrón de cada lista recibiría una recompensa especial.

¡De mendigo a millonario con flogopita marrón! 3

Y entonces empezó la verdadera competencia. Para mi desgracia, había muchos trotamundos ágiles en la lista de la casa de los canteros de cuñas. Sería casi imposible ganar el premio. Intenté hallar la casa con los competidores más débiles para enlistarme como integrante de la misma. No fue tarea fácil porque a todo el mundo se le ocurrió la misma idea. Fue entonces que escuché que alguien advirtió que había aparecido un profanador de tumbas. Me escondí rápidamente y esperé a que desapareciera. Tenía tanto miedo que empecé a sudar frío.

Miré los resultados provisorios y definitivamente había una casa desfavorecida por los profanadores de tumbas. Entonces me encaminé a paso firme y anoté mi nombre en esa lista. Para ese entonces mi nombre había pasado por un montón de listas, pero cuando lo cambié por última vez, solo quedaban 30 segundos para que la competencia acabara. Había hecho lo posible por recolectar la mayor cantidad de flogopita marrón y ya tenía bastante. Me temblaba todo el cuerpo de los nervios mientras se acercaba la hora de finalizar la competencia.

Tras los 30 segundos más largos de mi vida, la Asociación anunció los nombres de los ganadores. Para mi sorpresa, mi nombre estaba entre ellos. Cuando recibí una recompensa que jamás me había atrevido a soñar que recibiría, recordé en un instante todas las miserias y penurias por las que había tenido que pasar y no pude evitar llorar con fuerza.

¡De mendigo a millonario con flogopita marrón! 4

La sobrecogedora experiencia de aquel día fue un punto de inflexión en mi vida. Gané confianza en mis habilidades por primera vez en mi vida. Empecé a participar en más competencias, a inscribirme en cada evento, y gané muchas veces más. Tras tantas victorias, me di cuenta de que tenía los bolsillos bastante llenos, así que usé el dinero para abrir una pequeña tienda en Castillo Pétreo. Luego de un tiempo, pude poner fin a mi salvaje y ardua vida de trotamundos.

Oí que el evento se sigue organizando a lo grande, así que le recomiendo a cualquier persona que lea esta historia que pruebe participar al menos una vez. No necesitas exagerar ni abrumarte desde el principio. Aunque no ganes el primer premio, las recompensas son excelentes, y no solo hablo de dinero. A veces, un cambio de perspectiva sobre tu propia vida es suficiente.




(Este artículo se concibió con el apoyo de las Asociaciones de Canteros de Fuertepétreo).

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