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Tarea del códice Type: Colección Categoría: Cerca de Castillo Pétreo |
Historia del Rey Kimer
Escrita por Ashe Katcher
Esta es mi mejor historia como entrenador.
Primero que nada, un poco de contexto. Mi familia, los Katcher, tiene una larga tradición de ser excelentes entrenadores de bestias y monstruos.
Según los primeros registros de la familia Katcher, ¡nuestro sexto tataratatarabuelo llegó a entrenar y a cabalgar un dragón!
Y nuestra tercera tataratatarabuela domesticó a un pájaro de terror para que transportara todo el equipaje de la familia cuando el clan entero se mudó al sitio conocido hoy en día como Fuertepétreo.
También recuerdo que, cuando era joven, mi abuelo emprendió una gran cacería de lobos.
Tal vez haya heredado el talento de mis ancestros. Eso explicaría por qué he podido comunicarme con los animales desde temprana edad y, con el tiempo, convertirme en entrenador de bestias salvajes, dándole continuidad al negocio familiar.
En la mayoría de mis trabajos actuales hago de todo, desde domar bestias para el combate hasta entrenar bestias pequeñas especializadas para buscar tesoros o halcones para la caza. Un día, apareció un sombrío mago llamado Belluatán, me dio una bolsa de monedas de oro como pago adelantado y me pidió que criara y entrenara a un león.
Me dijo que había capturado a un león salvaje y lo había encerrado en un templo, pero que no quería comer nada y que se la pasaba durmiendo todo el tiempo. Así que me ofreció una gran suma de dinero para que me encargara de él durante un mes entero. Me asustaba un poco la idea ya que los leones salvajes son letales y yo no tenía suficiente experiencia con ellos. Pero el pago era demasiado bueno, así que acepté el trato y lo seguí hasta un lugar llamado Templo de Sylaveth.
Luego de una semana, llegamos a un templo de una escala monumental. El tal Belluatán era el líder de un grupo de personas que se hacían llamar Sylaveanos. Yo como experto en el entrenamiento de animales podía ver claramente que él era experto en entrenamiento de personas. Sus seguidores se movían en perfecta sintonía por el enorme templo. Al seguirlo hasta las profundidades, vi la sombra de un león encerrado en una enorme jaula. El león tenía el cuerpo demacrado, pero aun así pude sentir su espíritu de líder rugiendo en las planicies a través de su aguda mirada y su postura digna. Pregunté su nombre, pero me respondieron que no tenía. Lo llamé Rey por su porte de realeza. Me dijeron que Rey no quería comer nada de lo que le dejaban, así que entré a su jaula y lo solté de sus cadenas y los dispositivos protectores que lo estaban restringiendo. Entonces, lo miré directamente a los ojos y le dije:
"Si sigues viviendo y resistes, algún día serás libre. Yo te ayudaré para que eso suceda. Confía en mí".
La respuesta de Rey consistió en retroceder y luego abalanzarse sobre mí, con las fauces abiertas, las garras afuera y los ojos encendidos. Pero se detuvo justo enfrente de mi nariz al ver que no me movía. Era como si esta fuera su manera de poner a prueba mi determinación, así como su confirmación de que había pasado la prueba. En realidad, cuando se abalanzó sobre mí pensé que iba a morir, pero por alguna razón tenía fe en que Rey confiaría en mí. Sostuve conversaciones seguido con Rey y me demostró su confianza comiéndose la comida que le había traído. Una noche, desperté por el sonido de un aullido tan fuerte que hizo temblar el templo. Provenía de la jaula de Rey, así que corrí a buscarlo.
Dentro de la jaula había una quimera mucho más grande que el león, la cual rugía y reflejaba un deseo asesino en sus ojos púrpura. Belluatán salió de la oscuridad y dijo que había sido un experimento interesante y exitoso. Luego, dijo que el monstruo ahora se llamaría Rey Kimer.
Al parecer, Rey no había sido más que un sujeto de prueba para Belluatán. Me entregaron la correspondiente bolsa de monedas de oro y me escoltaron agresivamente afuera del templo. Mientras emprendía el camino de vuelta, oí un aterrador rugido a mis espaldas. Fue entonces cuando tomé una decisión. Algún día y de alguna manera, regresaría para cumplir con la promesa que le hice a Rey... |