Por fin capturamos el elemental de luz en el Templo de la Verdad para hacer realidad el gran sueño de la Orden Sylaveana.
Pronto lo transportaremos al páramo donde se abrió una grieta hacia Diabólica, según las órdenes de Ahzreil.
Allí realizaremos el ritual de la oscuridad para revivir al elemental de luz como elemental oscuro.
Si este noble plan tiene éxito,
nosotros, la Orden Sylaveana, contaremos con una poderosa arma.
¡El ritual de la oscuridad ha sido todo un éxito!
Lo que era un cegador espíritu de luz fue transformado en un elemental oscuro gracias a la poderosa magia negra de Ahzreil.
El elemental oscuro, emisor de una energía asesina, atrajo a terribles criaturas del otro lado de la grieta de Diabólica, las cuales aniquilaron a los sombramantes que participaron del ritual.
Con la ayuda de este elemental, aunque a un elevado costo, la Orden Sylaveana no tardará en dominar el mundo.
Pero para que se imponga nuestra voluntad, necesitaremos de un poder aún mayor.
Un poder más oscuro y más profundo.
Ahzreil lanzó más de su poderosa magia negra sobre el elemental oscuro para adquirir un control completo sobre él.
Como consecuencia, el elemental oscuro se volvió inmensamente poderoso, pero no todo sucedió como lo planeado.
Absorbió tanta magia negra que superó nuestras mayores expectativas y se tornó en un elemental de la muerte intocable.
Al final, no nos quedó otra opción que dejarlo en el páramo, fuera de control, por orden de Ahzreil.
¡Qué desperdicio!
Pero incluso los fracasos son un paso más en el noble plan de la Orden Sylaveana de llenar de oscuridad este mundo. Y lo lograremos. ¡Así debe ser!