Omar, el líder del gremio, nos trajo un contrato de nivel sénior: la exploración de la Aldea Turayne. ¡Ay, no!
La Aldea Turayne quedó hecha trizas durante la guerra de los magos y se convirtió en un nido de no muertos. Dijo que otros gremios se unirían a la exploración, pero sigue sin gustarme la idea. Encima, uno de los gremios se creó hace muy poco. Se llaman la Orden del Cisne, pero sinceramente el pájaro en su sello se parece más a un pato.
Encontré un pergamino sobre la Aldea Turayne y se lo di a quien parecía ser el más inteligente de todos, Clay (era el único que usaba lentes, así que debía ser inteligente, ¿o no?). Tenía la esperanza de que lo que estaba escrito lo asustaría, pero solo me dio las gracias y lo guardó en su bolsa sin leerlo. Le insistí para que lo leyera ahí mismo, pero entonces apareció otro tipo enorme que supervisaba a unos niños y se nos acercó con cara de enojo, así que retrocedí. El tipo enorme tenía curiosidad por el pergamino, así que Clay se lo enseñó y le dijo algo que no pude oír con claridad. Entonces, el hombre perdió el interés y fue de vuelta a vigilar a los niños. Una mujer con cara de pocos amigos que estaba junto a ellos escupió en el suelo, como si estuviera molesta por algo.
Entonces, Omar regresó acompañado de una mujer joven y un hombre de mediana edad. La mujer con cara seria era la líder del gremio de los patos, Jean Roen, y el hombre era Lavid, un geógrafo que nos guiaría en la aldea.
Intenté llamar la atención de Omar, pero llegaron más líderes de gremios y ni siquiera pude acercarme a él. Al verlos hablar sobre la travesía y el equipamiento necesario me di cuenta de que no había escapatoria.
¡Einar, no me desampares! Nos reunimos frente a la Aldea Turayne al amanecer. El lugar era frío y apestaba a muerte y corrupción.
El hombre enorme que había visto ayer era Gerard. Iba al frente y guiaba la marcha con un magnífico escudo. Noté claramente que era un artefacto mágico. Quería preguntarle por el escudo, pero no parecía estar interesado en hablar. Sin embargo, sus explicaciones no me hicieron falta porque cuando entramos en la aldea, comenzó a vibrar. Un escudo que podía detectar la maldad... No quería solo quedarme en ese sitio a morir, así que regresé con mis colegas.
Como era de esperarse, la aldea estaba repleta de esqueletos y zombis. Centré mi atención en la Orden del Cisne, en caso de que se metieran en problemas y necesitaran mi ayuda, pero resultaron ser más eficientes de lo que esperaba. Sobre todo Gerard; era tan brutal que hacía que Roen y Clay parecieran mansos y gentiles en comparación. Cuando el sol estaba justo sobre nuestras cabezas, encontramos un cráter enorme. Parecía una cicatriz creada por la explosión de una manapetra durante la guerra. Mientras la gente exploraba el cráter, Lavid encontró una estructura similar a un templo. Entramos al edificio mientras Roen y Gerard evitaban que los no muertos se acercaran. La primera persona que entró fue Roxy, una arquera con cara de pocos amigos de la Orden del Cisne. Se la había pasado maldiciendo por el olor asqueroso desde que entramos en la aldea.
El interior estaba oscuro y tenía un hedor diferente. Roxy se molestó aún más, así que intenté darle su espacio. Usamos el gólem de piedra polvorienta Lunar-0 que Clay había traído para que echara un vistazo. Teníamos la esperanza de encontrar alguna clase de Piedra protectora que pudiera ayudar a las dos personas que estaban afuera del templo, pero solo encontramos esqueletos humanos.
Los esqueletos no eran no muertos y estaban extrañamente limpios. Entonces, mientras inspeccionábamos los esqueletos, el Lunar-0 empezó a hablar como si hubiera sentido algo. Clay usó un orbe mágico para iluminar la zona. En el centro había un enorme atrio redondo con un canal que lo rodeaba. A lo largo del canal había fuentes decoradas con estatuas de gárgolas de aspecto muy animado.
Cuando la luz del orbe mágico llegó al suelo, el Lunar-0 murmuró algo de nuevo. Cuando me acerqué a Clay, pude ver que había algo escrito en el suelo. Clay dijo que el Lunar-0 estaba leyendo una antigua escritura en Trutizan antiguo y, en ese momento, el templo comenzó a temblar. Clay debió darse cuenta de algo porque intentó detener al Lunar-0, pero el gólem no se detuvo. Era como si alguna fuerza lo estuviera controlando. Omar nos ordenó retroceder. Mis compañeros de gremio que estaban más cerca de la entrada cruzaron el canal, pero en cuanto yo intenté saltar, choqué con Gerard, que había entrado corriendo para ayudar, y me caí al canal seco.
Me había roto una pierna. Cuando me asomé fuera del canal, vi que al atrio lo iluminaba una luz púrpura que surgía de la escritura en el suelo. Vi como una enorme sombra emergía del suelo. Nunca había visto un esqueleto tan grande en mi vida. Este dio un gran grito con una voz ronca y temblorosa, pero definitivamente pude entender lo que decía.
"¿Quién se atreve a despertar al gran Tevent?"
Con su llamada, más esqueletos comenzaron a levantarse y pronto acorralaron a la Orden del Cisne. La gente que estaba del otro lado del canal intentó ayudar desde lejos, pero la situación cada vez empeoraba más.
Entonces Clay sacó un cristal negro de su bolso. Los guerreros lucharon con todas sus fuerzas para darle tiempo a Clay de preparar su hechizo. Roxy era impresionante, pero cuando pisó la cabeza del Lunar-0 para saltar y matar a los esqueletos que iban a atacar a Clay, este se tambaleó y soltó el cristal antes de que el hechizo estuviera listo. Roen fue muy rápida y logró atrapar el cristal en el aire, del cual emergió una parvada de cuervos negros. Los graznidos que emitían los cuervos al atacar, el ruido de esqueletos chirriantes y los chillidos jocosos de Roxy me retumbaban en los oídos.
Todo esto hizo que Tevent enloqueciera de rabia y comenzara a lanzar fuego de las manos. Los que estaban en llamas se desplomaron en el suelo por la agonía y esparcían las llamas en sus camaradas. Gerard, que estaba bloqueando el fuego con su escudo, cayó justo a causa de esto.
Roen tomó el escudo de Gerard, pero el fuego también la alcanzó y salió volando por los aires. Tevent la agarró y abrió sus terribles fauces. Yo empecé a gritar con horror al ver como Roen explotaba de repente de manera estruendosa mientras emitía un poderoso destello. Cuando pude ver bien, el brazo de Tevent se había esfumado.
Sentí un repentino y extraño frío en la espalda... Las gárgolas habían comenzado a lanzar agua de sus bocas. Gerard saltó al canal para apagar las llamas que lo quemaban y cuando dejó de estar en llamas, les avisó a los demás, quienes pudieron sumergirse en el agua.
Ya estaban fuera de peligro, pero Roen aún yacía inmóvil en suelo. Los esqueletos que quedaban comenzaron a avanzar hacia ella. Gerard corrió hacia Roen, pero los demás estábamos demasiado fatigados o heridos para ayudar. Entonces Roxy, entre gritos y groserías, nos ordenó escapar.
Empezamos a correr o, en mi caso, a cojear hacia la salida. Tevent intentó cruzar el canal para alcanzarnos, pero dio un alarido de dolor y retrocedió. Creí oír que dijo algo como "la Barrera de Sylaveth", pero no podría asegurarlo.
Clay estaba al final de la fila con Lunar-0 y estaba demasiado atemorizado para correr. Queríamos ayudarlo, pero estaba demasiado cerca de Tevent y nadie se atrevía a acercarse. Justo cuando Tevent estaba a punto de arrancarle la cabeza a Clay de un mordisco, Clay salió volando y aterrizó del otro lado del canal. Fue una flecha con una cuerda atada de Roxy lo que lo había sacado de ahí. Roxy tenía las manos ensangrentadas por la fricción, pero no le importó. Sujetó a Clay y nos guió valientemente hacia afuera.
Lavid, que estaba afuera del templo, nos llevó a un lugar relativamente seguro donde nos acomodamos con caras sombrías. Era evidente que Tevent y sus esqueletos no podrían seguirnos, pero todavía quedaban dos de los nuestros en el templo. El sol se estaba poniendo y todos miraban al templo con ansiedad.
De repente, Roxy chifló y vimos una enorme sombra que caminaba hacia nosotros. Era Gerard, que llevaba a Roen en brazos.
Omar soltó un largo suspiro, y todos nos miramos y reímos, celebrando que habíamos sobrevivido. Mis compañeros del gremio y yo nos acercamos a Gerard para felicitarlo y desearle a Roen que se recuperase pronto. También le agradecí a Clay por sus increíbles hechizos mágicos, pero humildemente no quiso aceptar nuestra gratitud, diciendo que en verdad no era su propio poder. Quise preguntarle más al respecto, pero Roxy me gruñó y por eso lo dejé en paz.
A pesar de que sobrevivimos, casi todos los miembros del gremio habían resultado heridos de gravedad y necesitaban descansar un tiempo. Una semana después, Omar trajo el pago y otros documentos relacionados con el contrato. Los documentos hablaban de la Tercera Gran Guerra de Solisium y Trutizan, así como del Gran General de Trutizan, "Kurt". De acuerdo con estos documentos, poco después de su nombramiento, Kurt le ofreció un Artefacto de juramento al rey. Cuando acabó la gran guerra, Solisium, que había sido vencedor, se llevó cinco Artefactos de juramento de Trutizan como botín de guerra. Tevent, en el templo, era uno de esos artefactos. Los documentos también especificaban que Tevent podría ser despertado al leer la antigua escritura en el suelo del templo. Esto es evidencia de que el estúpido gólem de Clay fue quien causó toda esta catástrofe. Me deshice de los documentos, pensando que después de todo, los gólems no son más que unas estúpidas pilas de roca. |