En el lado noroeste de Laslan, existen unas ruinas que apestan a muerte y corrupción. Este lugar se llama Ruinas de Turayne y está plagado de zombis comecarne.
Estas ruinas de la muerte eran antiguamente la Aldea Turayne, el hogar de muchas personas simples y trabajadoras.
También era conocido por ser la ciudad más importante en términos de comercio de artefactos mágicos. Era un lugar a donde numerosos magos viajaban para comercializar sus objetos o encontrar tomos mágicos raros.
Sin embargo, lo que acabó con esta concurrida ciudad fue la guerra entre dos facciones de magos.
Fue la guerra que se desató entre la Orden Sylaveana y la Sociedad Luz de Esperanza.
La Orden Sylaveana creía que la magia servía para conquistar y vencer, mientras que la Sociedad Luz de Esperanza se centraba en la estabilidad y la disciplina. Estas dos facciones han competido entre sí durante muchos años.
Cuando la Sociedad Luz de Esperanza se convirtió en la facción dominante, la Academia del Ojo de la Salvación cambió su nombre a la Orden Sylaveana y comenzó a conspirar contra ella desde las sombras.
Entonces, la Orden Sylaveana se alió con el clan Akidu, quienes le regalaron una poderosa arma para fortalecer su alianza.
El arma que el clan Akidu les envió fue el cuerpo de Adentus, antiguo sumo sacerdote segundo y mano derecha de Akidu.
Un día, Adentus soñó que sostenía la Estrella de Sylaveth y pensó que este sueño era una profecía. Entonces, cuando Akidu fue atacado por sus enemigos en la batalla, Adentus lo vio como una oportunidad.
Intentó llevar a cabo un golpe de estado, pero la magia negra de Akidu era superior a la suya. Adentus mutó a un gigante justo antes de que lo ejecutaran, pero no le sirvió de nada. Akidu terminó asesinándolo de todos modos.
El cadáver gigante de Adentus fue enviado a la Orden Sylaveana, donde los sombramantes planearon resucitarlo con magia negra para que atacase a la Sociedad Luz de Esperanza.
La Orden Sylaveana llevó el cuerpo de Adentus a la Aldea Turayne donde se estaba celebrando un homenaje a Hale Verpheus. Buscaban las manapetras ubicadas en la aldea.
Las manapetras han estado en la aldea por mucho tiempo, donde se usaban como farolas debido a los esquemas mágicos grabados en ellas.
Lo que los residentes no sabían era que estas manapetras eran en verdad fragmentos de la Estrella de Sylaveth. El plan de la Orden Sylaveana era usarlos para bombardear el Templo de la Luz.
Cuando comenzó a sonar el réquiem de Verpheus, los sombramantes resucitaron a Adentus como un zombi. La criatura revivida causó estragos en la aldea, lo que sirvió como distracción para que los sombramantes absorbieran el poder mágico necesario para llevar a cabo el plan.
La aldea se sumió en el caos. Las personas a quienes les habían drenado la magia caían al suelo, y Adentus se encargaba de golpear hasta la muerte a los que intentaban huir.
La magia que escapaba de Adentus convertía a la gente en zombis, unos cadáveres que solo actuaban por instinto y antojo.
Así, la guerra de los magos continuó hasta arrasar con Aldea Turayne, la que alguna vez fue uno de los principales puntos de comercio de artefactos mágicos. Ahora solo son ruinas atestadas de zombis.
Tras la guerra, los magos construyeron la Torre Luminar para reconstruir la ciudad, pero a pesar de sus esfuerzos aún falta mucho para que esta se complete.
- Arintal, historiador, A.N. 1162