¡Mamá, hoy tuve un día muy divertido!
Cuando desperté me caí y no sabía qué había pasado, pero entonces me acordé de que anoche me había acostado en forma de conejo.
La magia de transformación que aprendí ayer fue muy divertida. ¡Me encantan los conejos!
¡Era muy ágil, veloz y podía correr sin parar!
Cuando intenté regresar a mi forma humana, no pude en mi primer intento.
Luego, me concentré mucho más hasta que al fin lo conseguí. ¡Qué orgullo sentí!

Después de desayunar, me transformé en un pájaro y me puse a volar.
Ver todo desde el cielo mientras sentía el viento entre las plumas fue algo maravilloso.
Hasta ayudé a un gatito atrapado en un árbol.

Tuve que volver a mi forma humana para regresar a casa, pero me entristeció mucho despedirme de mis nuevos amigos animales.
Pero saber que puedo mutar siempre que quiera me hizo sentir especial.

Cuando crezca, exploraré el mundo a través de los ojos de los animales y luego escribiré un libro para que todos puedan vivir esa experiencia al leerlo.
Mamá, reza por mí desde el cielo, ¿de acuerdo?