Todo lo que describo a continuación ocurrió cuando trabajaba como recaudador de impuestos en Castillo Pétreo.

Me habían enviado a Aldea Vienta junto con James para hacer un censo antes de recaudar los impuestos. Hoy en día, Aldea Vienta está cubierta del verde de las uvas, pero en aquellos tiempos, los campos estaban desiertos y áridos porque los granjeros preferían destruir sus cosechas con sus propias manos antes de que Fernan los llevara a la ruina a fuerza de impuestos. Primero hablamos con los líderes de la aldea y luego nos dirigimos al muelle.

La única fuente de alimento de los aldeanos eran unos pequeños barcos pesqueros atados al muelle. Había unos pescadores limpiando la pesca y unos niños corriendo por el muelle. Andaban desaliñados, pero los niños siempre serán niños, aún sumidos en la pobreza, y al menos se estaban divirtiendo entre ellos. Entonces, James me sujetó el brazo y me señaló algo.

Había una niñita sentada sola casi al final del muelle. Estaba dormitando y se notaba de lejos que no se encontraba bien.

Cuando me acerqué, abrió los ojos asustada. De cerca se veía aún peor. Parecía que alguien había estado maltratándola durante mucho tiempo. Le pregunté amablemente el nombre, como si no me hubiera fijado en ella, y me respondió "Tres Solantes".

La habían abandonado en la aldea cuando era una bebé y nadie había tenido la disposición o la capacidad de traer bajo su techo a otro bebé. Entonces, un borracho decidió acogerla luego de oír que el jefe de la aldea le pagaría tres Solantes al día a quien cuidara a la bebé.

Esta historia me había conmocionado. Intenté hablar con su padrastro, pero la gente me decía que era un inútil que rara vez estaba en su casa.

James y yo intentamos de todo para encontrarle un nuevo hogar a la niña, y una generosa pareja de casados de Castillo Pétreo se ofreció. Incluso nos pidieron cambiarle el nombre, a lo que les sugerí el de Violeta por sus hermosos ojos púrpura. Así que regresamos a la aldea con las buenas noticias.

Sin embargo, esta vez estaba repleta de soldados. Pregunté qué había sucedido y el jefe de la aldea nos contó que el padre de la niña fue asesinado durante la noche y que ella había desaparecido. No lo podía creer. Insistí en organizar un grupo de búsqueda para la niña, pero nadie nos prestó atención.

Encontramos a un comerciante ambulante que había estado en la aldea la noche del asesinato y nos contó que vio a un mago y a la niña escapando de la aldea esa noche. La niña sujetaba una linterna y parecía bastante tranquila, así que el comerciante no le dio muchas vueltas a lo que había visto.

Según la historia del comerciante, tuvimos la intención de seguir cualquier rastro mágico que hubiese dejado atrás, pero los magos de Castillo Pétreo no tenían interés en ayudar. Cuando al fin encontramos a alguien dispuesto a ayudarnos, ya era demasiado tarde. Ya no quedaba rastro de su paradero.

Aún lo recuerdo con tristeza en el corazón. Rezo todos los días a Einar para que la niña encuentre la felicidad. A esta altura ya debe ser una joven mujer. Si alguna vez vuelvo a verla, me gustaría decirle lo mucho que nos preocupamos por ella. Que su nombre era hermoso, Violeta, en lugar de "Tres Solantes".