Querida Julia:
Te escribo esta carta para rogarte que me perdones.
Entiendo que estés molesta conmigo por haberte engañado, como también entiendo y acepto que no quieras volver a verme. Pero no me malinterpretes. Te juro por mi honor que nunca pretendí hacerte daño.
El primer día que te conocí me había ido al bosque a probar mi Mimette recién hecho. Solté al pájaro y esperé, pero no regresó. Cuando salí del bosque, te vi sentada entre las flores silvestres.
Estaba anonadado y algo mareado por tu belleza, como si estuviese a punto de echar a volar. Tus ojos eran como un bosque en verano y tu cabello dorado era como un campo en otoño. Estabas sentada con un pájaro que tenía el ala rota sobre tu regazo y yo tardé en darme cuenta de que era mi Mimette.
Ese día, cuando me enteré de que eras una maga de la Sociedad Luz de Esperanza, debí haberte confesado que era ese ser que tus compañeros detestaban: un sombramante de la Orden Sylaveana. Sin embargo, no soportaba la idea de ver desprecio en tus ojos. Pensé en ocultártelo solo ese día... pero todos los días que siguieron y cada vez que te veía, no me salían las palabras para contártelo.
No tengo dudas de que mis excusas no tienen valor alguno en este momento, pero es que no quería perderte, Julia. No quería que me odiaras. Mi cobardía no me permitía decirte la verdad y, al final, saliste lastimada.
Julia, he vagado por el desierto desde que era niño. No conozco los nombres de mis padres o siquiera de dónde soy. No sabía cuándo brotaría el poder que llevo en mi interior y todos quienes me conocían preferían alejarse de mí. Los sombramantes de la Orden Sylaveana me encontraron, me cuidaron y me enseñaron la magia para controlar mi poder. Solo más adelante me enteré de que esa magia era conocida como magia negra.
Supongo que pensarás que mis manos están manchadas con una oscuridad horrenda, pero al menos lo que sentía por ti no fue una mentira. Espero de verdad que no dudes de eso.
Taedal Querido Taedal:
Tengo ansias de verte. Supongo que vendrás a casa mañana en la mañana, pero quería escribirte de antemano porque tengo que decirte algo.
Hoy, cuando estaba paseando por el bosque y vi una bandada de pájaros, me acordé del día en que te conocí. ¿Aún lo recuerdas? La perdiz que soltaste ese día cayó frente a mí y se lastimó un ala. No sabes la sorpresa que me llevé. Ese Mimette que construiste era idéntico a un pájaro, excepto por su forma de aletear tan torpe.
Hace tres años me prometiste no volver a usar magia negra o crear Mimettes, y te fuiste de la Orden Sylaveana. Lo hiciste por mí, y entonces pensé que sería lo correcto, pero... Últimamente me arrepiento de haberte arrebatado algo que significaba tanto para ti.
La esencia de tu talento no es maligna. La iglesia te obligó a crear Mimettes asesinos, pero había una razón para que hicieras a esas criaturas tan bellas como letales. No creo que exagere cuando digo que ningún otro mago puede crear Mimettes con tanta vida. Algunos dirían que es gracias a la fuerza astral, pero yo opino que la verdadera razón es que siempre observas el mundo con atención. Por eso pudiste crear escamas de pescado y franjas de tejón con tanta sofisticación.
Me gusta ese lado delicado que tienes. Aunque lo niegues, creo que no podrías crear artefactos con tanta habilidad de no ser por el profundo amor que sientes por el mundo.
Así que, si algún día quieres crear algo como eso otra vez, te daré todo mi apoyo. Cuando nazca nuestra hija, seguramente le encantaría tener muchos amigos Mimettes.
Sobre eso, estuve pensando en algún buen nombre. Dijiste que no te molestaban "Hortense" o "Gertrude"... ¿Qué opinas de "Ashien"? Significa "niña bajo el árbol de ceniza".
Tuya, Julia Mi querida Julia:
Lamento mucho interrumpir tu estadía con tus padres, pero es algo urgente.
¿Recuerdas el último dibujo de un paisaje hecho por Ashien que colgaste cerca de la mesa antes de irte? Hoy me sorprendí mirándolo luego de acostar a Ashien. Está tan bien dibujado que no tengo dudas de que nuestra hija es un genio.
Con solo mirarlo, supe qué lugar había dibujado exactamente. ¿Recuerdas el campo de manzanos cerca de la colina? Es el lugar donde, durante la última primavera, la picó una abeja. Sentí como si el paisaje se volviera cada vez más nítido mientras más me acercaba a ella.
Y entonces cuando volví en mí, ¡estaba en medio de él! Estiré las manos y tomé una hoja del manzano. Es otoño aquí, pero allí el manzano había florecido. Intenté avanzar un poco, pero sentí como si una pared invisible me bloqueara el paso, y no pude seguir avanzando.
Entonces apareció una enorme abeja y me picó el brazo. No pude evitar soltar un alarido de dolor. Cuando volví a abrir los ojos, estaba junto a la mesa mirando el dibujo de Ashien y el brazo donde me había picado la abeja no tenía nada. ¡Fue como si lo hubiese soñado!
Julia, nunca había visto una magia como esa. Es como un poder de creación diferente al que uso para crear mis torpes Mimettes. Me preocupa pensar en la cantidad de personas que ansiarían ese poder en el futuro.
Aunque ya pasaron ocho años, la Orden Sylaveana sigue buscándome. La influencia de la iglesia va más allá de Solisium y nunca perdonan a quienes los traicionan. Si se enteraran de lo que hace el dibujo de Ashien... No debemos permitir que eso suceda. Tenemos que mudarnos con más frecuencia y prepararnos cuidadosamente.
Mientras tanto, Ashien duerme abrazada a un Mimette tejón.
Cuídate mucho en tu viaje de regreso. No podría soportar que te pasara algo.
Tu amado, Taedal Taedal:
Me preocupa que tardes tanto en regresar a mí. ¿Pasó algo?
No debería haberte mandado tan lejos tras una esperanza inútil, sin saber si la Resistencia nos ayudaría...
Hace poco un sombramante pasó justo afuera de los límites de la barrera ilusoria. Claramente saben que estamos cerca.
Ashien se quedó dormida luego de pasarse el día temblando. Debe estar aterrada por toda esta situación.
Si los sombramantes vienen a casa esta noche e intentan llevarse a Ashien...
No dudaré en dar mi vida por mi hija, aunque temo que no sea suficiente. Por desgracia, puedo oír leves sonidos de actividad del otro lado de la barrera. Esta podría ser la última carta que te escriba.
Taedal, ¿recuerdas lo que me preguntaste antes de irte? ¿Si me arrepentía de haberte conocido ese día en el bosque, o de haberte querido sabiendo lo que eras, o de decidir pasar mi vida contigo?
Pues no me arrepiento de nada. Incluso si hubiera conocido el destino al que mis decisiones me guiarían, no cambiaría nada.
Mi felicidad comenzó el día en que te conocí.
Mi amado Taedal, cuida bien a Ashien.
Siempre tuya, Julia Mi querida Julia:
Llegó la primavera. Las flores silvestres ya nacieron y las perdices anidan en los árboles.
La Resistencia escuchó nuestra historia, como dijiste. Gracias a su ayuda, rastreé a los sombramantes de la iglesia y maté a los que te asesinaron, uno a uno, con mis propias manos.
Ashien está bajo la protección de la Resistencia. No le he contado de sus poderes a nadie.
Como tú, se lleva bien con todos, incluso con desconocidos. Se ríe con facilidad y siempre tiene mucho que decir. Siente curiosidad por todo lo que la rodea y, una vez que entabla conversación con alguien nuevo, esa persona tiene que explicarle cada pequeño detalle sobre el pueblo. Se está convirtiendo en una niña feliz y maravillosa.
Ahora es mi turno de volver contigo.
Ashien me hizo un dibujo. Es una torre de círculo mágico que se extiende infinitamente hacia el cielo. Allí estoy creando Mimettes.
Mientras más practico, más se parecen a un animal auténtico. Dentro de poco, ni siquiera los dioses podrán distinguir mis creaciones de criaturas vivientes.
No puedo dejar que nadie interfiera con mi trabajo, ya sea la Orden o la Sociedad Luz de Esperanza. Estoy pensando en dejar Mimettes por el camino para que jamás puedan encontrarnos. Los miembros de la Resistencia parecen preocupados cuando a veces desaparezco durante días. Me retienen y me atormentan con historias sin sentido sobre la realidad y los deberes de ser padre.
No entienden nada. El mundo dentro del dibujo no es diferente de la realidad.
De hecho, es mejor que la realidad. Allí solo hay cosas hermosas, y el sol y las nubes me obedecen.
Y sobre todo, tú estás en ese mundo, Julia.
Estás ahí, en alguna parte. Tu voz llamándome se escucha claramente, pidiéndome que te cree un cuerpo nuevo para que volvamos a estar juntos.
Julia, un mundo sin ti no tiene sentido para mí. Así que sigo subiendo a la cima de la torre, porque sé que estarás ahí cuando llegue, esperándome con una sonrisa.
Espérame, mi amada Julia.
Tu amado Taedal |
