ID: 1833711411
Crónica de un amor predestinado
icon Tarea del códice
Type: Colección
Categoría: Cerca de las ruinas del observatorio Lucero

Crónica de un amor predestinado 1

Querida Julia:

Quería escribirte para pedirte perdón.
Si estás molesta conmigo por haberte engañado, lo entiendo. También entiendo y acepto que quizá no quieras volver a verme de nuevo. Pero te suplico que no te hagas la idea equivocada. Juro por mi honor que nunca fue mi intención herirte.
El primer día que te conocí, había ido al bosque para probar la Mimette que acababa de construir. Solté al pájaro y esperé, pero no volvió al cabo de un tiempo. Al salir del bosque, te vi sentada entre las flores.
Me mareé solo de ver tu belleza, sentía como si pudiera echar a volar por el cielo en ese preciso instante. Tus ojos eran como el bosque en verano; tu cabello, rubio, como un campo otoñal. Estabas ahí sentada con un pájaro con un ala rota sobre tu regazo, y entonces me di cuenta de que era mi Mimette.
Aquel día, tras descubrir que eras una maga de la Sociedad Luminaria, debería haberte confesado que yo era lo que tus compañeros magos más odiaban: un sombramante de la Orden Sylavea.

No quería ver el desprecio en tus ojos. Me dije a mí mismo que solo te lo ocultaría aquel día, solo aquel... Pero después, cada vez que te veía, no conseguía hacer brotar las palabras.
Tengo claro que mis excusas ya no sirven de nada, pero no quería perderte, Julia. No quería que me odiaras. No podía contarte la verdad porque soy un cobarde y, al final, te hice daño.
Julia, he vagado por el desierto desde niño. No conozco a mis padres ni sé de dónde vengo. No sabía cuándo se derramaría el poder que albergo en mi interior, y quienes lo sabían se mantenían alejados. Los sombramantes de la Orden Sylavea me encontraron, me cuidaron y me enseñaron magia para controlar mi poder. Fue más adelante cuando descubrí que su magia se llamaba magia oscura.
Supongo que piensas que tengo las manos manchadas de tan horrible oscuridad. Pero, al menos, mis sentimientos por ti eran sinceros. Espero de todo corazón que nunca lo dudes.

- Taedal

Crónica de un amor predestinado 2

Querido Taedal:

Tengo muchas ganas de verte. Supongo que volverás a casa mañana por la mañana, pero te escribo antes porque tengo algo que decirte.
Hoy estaba paseando por el bosque y vi una bandada de pájaros que me recordó al día en que te conocí. ¿Te acuerdas? La perdiz que dejaste volar ese día cayó ante mí y se rompió un ala. No te imaginas el susto que me llevé. Aquella Mimette que hiciste era igual que un pájaro de verdad, excepto por su torpe aleteo.
Hace tres años me prometiste que no volverías a usar la magia oscura ni a fabricar Mimettes, e incluso dejaste la Orden Sylavea. Hiciste todo eso por mí. Entonces pensaba que era lo correcto, pero... Últimamente, me arrepiento de haberte quitado algo tan importante para ti.
La esencia de tu talento no es maligna. Fue la Iglesia quien te obligó a hacer Mimettes asesinas, pero había un motivo por el que creabas criaturas tan adorables como peligrosas.

No creo que exagere si digo que ningún otro mago podría crear Mimettes tan realistas como tú. Hay quienes dirán que es gracias a la fuerza astral, pero creo que la verdadera razón es que siempre observas el mundo con mucha atención. Por eso podías recrear las escamas de los peces y las rayas de los tejones con tantísimo cuidado y detalle.
Me gusta tu lado delicado. Y, aunque lo niegues, yo creo que no podrías crear con tanta precisión si no amases este mundo con fuerza.
Así que, si vuelves a querer crear algo así algún día, te apoyaré sin reservas. Quizá nuestra hija, cuando nazca, disfrute con sus amigas Mimette.
He pensado un buen nombre para ella. Dijiste que no te gustaban Hortense ni Gertrude, así que ¿qué te parece Ashien? Significa «niña sentada bajo el árbol de ceniza».

Te quiero, Julia

Crónica de un amor predestinado 3

Mi querida Julia:

Lo siento. No quería interrumpir tu visita a tus padres, pero esto es urgente.
¿Recuerdas el último paisaje de Ashien? ¿El que colgaste junto a la mesa antes de marcharte? Hoy me puse a mirarlo justo después de acostarla. Está tan bien hecho que estoy seguro de que nuestra hija es un genio.
Con solo mirarlo supe qué ubicación había dibujado Ashien. Hay un pomar sobre la colina, ¿verdad? Allí le picó una abeja la primavera pasada. Sentí como si el paisaje se hiciese más nítido cuanto más lo miraba.
Y cuando volví en mí, ¡estaba en ese lugar! Alcé la mano y tomé una hoja de un manzano. Aquí es otoño, pero allí los manzanos estaban en plena floración. Caminé un poco hasta que una barrera invisible me detuvo y ya no pude avanzar más.
Entonces una abeja grande vino volando y me picó en el brazo... No pude evitar dar un grito de dolor.

Cuando volví a abrir los ojos, estaba de pie junto a la mesa, frente al dibujo de Ashien, y no tenía ninguna picadura en el brazo. ¡Era como si todo hubiese sido un sueño!
Julia, nunca había experimentado una magia así. Es un poder de pura creación muy por encima del que uso yo con mis torpes Mimettes. Me da miedo pensar cuántas personas ansiarán el poder de esta niña en el futuro.
Aunque hayan pasado ocho años, la Orden Sylavea me sigue buscando. El alcance de la Iglesia se extiende por todo Solisium y nunca perdonan a los traidores. Si la Iglesia supiese del dibujo de Ashien... No podemos permitirlo. Tenemos que mudarnos más a menudo y prepararnos a conciencia.
Aun así, esta es una noche tranquila. Ashien duerme como un tronco, abrazada con fuerza a una Mimette tejón.
Ten cuidado al volver. No soportaría que te pasase algo.

Te quiere, Taedal

Crónica de un amor predestinado 4

Taedal:

Me preocupa que tardes tanto en volver. No te ha pasado nada, ¿no?
No debería haberte mandado tan lejos sin saber si la Resistencia nos ayudaría.
Hace poco, unos sombramantes pasaron justo al lado de la barrera ilusoria. Está claro que saben que estamos cerca.
Ashien se ha quedado dormida después de pasar el día hecha un ovillo y temblando. Debe de estar muy asustada por la situación.
Si los sombramantes encuentran la casa esta noche e intentan llevársela...
No dudaré en dar mi vida por la suya, pero temo que eso no sea suficiente.

¡Ay! Oigo ruidos fuera de la barrera. Puede que esta sea la última carta que te escriba.
Taedal, ¿recuerdas lo que me preguntaste antes de irte? ¿Si me arrepentía de haberte encontrado aquel día en el bosque, o de amarte a pesar de saber lo que eras, o de haber decidido pasar mi vida contigo?
Pues no, no me arrepiento de nada. Incluso si hubiese sabido a dónde me llevaría esto, no habría cambiado nada.
Conocerte fue el inicio de mi felicidad.
Mi queridísimo Taedal, cuida de Ashien.

Te quiere por toda la eternidad, Julia

Crónica de un amor predestinado 5

Mi querida Julia:

Es primavera y los campos ya han florecido. Las perdices se posan en los árboles.
La Resistencia escuchó nuestra historia, como habías dicho que haría. Gracias a su ayuda, he localizado a los sombramantes de la Iglesia y destruido a tus asesinos, uno a uno, con mis propias manos.
Ashien está bajo el cuidado de la Resistencia. No le he hablado a nadie de sus poderes.
Al igual que tú, se lleva bien con todo el mundo, incluso con los desconocidos. Ríe con ganas y siempre tiene mucho de lo que hablar. Siente curiosidad por lo que la rodea y, en cuanto pilla a alguien por banda, le obliga a contarle cada detalle de la ciudad. Se está convirtiendo en una niña maravillosa y muy alegre.
Ahora me toca volver contigo.
Ashien me ha hecho otro dibujo. Es una torre de magicírculo que se extiende infinitamente hacia arriba. Quiero hacer Mimettes allí.
Cuanto más practico, más realistas me salen. Pronto, ni siquiera los dioses serán capaces de distinguir mis creaciones de los seres vivos.
No puedo dejar que nadie interfiera con mi trabajo, ya sea la Orden o la Sociedad Luminaria. Estoy pensando en ir dejando Mimettes por el camino para que no puedan seguirnos.

A los miembros de la Resistencia parece preocuparles que desaparezca durante días. Se aferran a mí y me cuentan historias sin sentido sobre la realidad o el deber paternal.
No entienden nada. El mundo de los dibujos no es distinto del mundo real.
No, de hecho, es mejor. Allí solo hay cosas bonitas y el sol y las nubes me obedecen.
Y, sobre todo, tú estás en ese mundo, Julia.
Estás ahí, en algún lugar. Puedo oír tu voz con claridad, llamándome. Pidiéndome que te dé un nuevo cuerpo para que estemos juntos como antes.
Julia, no le veo sentido a un mundo sin ti. Sigo el camino hasta la parte más alta de la torre. Sé que estarás ahí cuando llegue, sonriéndome.
Espérame, Julia querida.

Te quiere, Taedal

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Kiriak 17-10-2024 16:49
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